Tejiendo la historia de María


María González Pérez. Mi abuela. 


Recuerdo que era de osamenta fuerte y grande, pero delgada, sin un gramo de grasa. Su piel era fina pero dura, su pelo rizado y blanco, y su rostro reflejaba a una mujer seria. Las puntas de los dedos, curvadas por sus 92 años de edad, no impedían que manejara las agujas de costura como una extensión más de sus manos. Tenía alzheimer y no nos reconocía, pero nunca olvidó coser y bordar, quizá porqué lo aprendió desde niña y sacó a la familia adelante tras la Guerra Civil.
Hija de Román González y Secundina Pérez nace el 8 de diciembre de 1909 en Mataporquera (Cantabria), que entonces, era un núcleo importante de comunicaciones ferroviarias entre la meseta, Cantabria y País Vasco. Román, su padre, trabajaba como maquinista en ése ferrocarril. María fue miembro del grupo de Teatro de la Casa del Pueblo, de oficio costurera, republicana y madre. Fue una de las mujeres que ejercieron por primera vez el voto en España en las elecciones generales 1933. 
Unos años después, la Guerra Civil, la dejará en la estación de Sodupe (Vizcaya) refugiada y a la espera de que su compañero de viaje, mi abuelo Heraclio, salga de la cárcel.



Heraclio Díez Rozas. Mi abuelo.


A mi abuelo Heraclio no le recuerdo, murió antes de que yo naciera. Nació el 2 de Marzo de 1911 en Cuevas de Amaya, provincia de Burgos, muy cerca de la provincia de Palencia y más en concreto de Alar del Rey, núcleo de comunicaciones del ferrocarril del Norte. Cuevas de Amaya (se llama así por estar en la Peña de Amaya monte muy característico del norte de la provincia) es un pueblo agrícola, sus padres, mis bisabuelos son Eixiquia Rozas y Eugenio Díez Alonso (desaparecido en la provincia de Pontevedra se supone que asesinado por los fascistas). Eugenio trabajaba en el ferrocarril del Norte,en Alar del Rey,como revisor y recorría todo el Norte de España, también estaba sindicado en la UGT.El abuelo era el segundo de tres hermanos, Donnina la mayor, casada con Manuel Cuevas que vivieron en Pesquera (Cantabria), el “tío Manolo”era el Secretario del Ayuntamiento de Pesquera y de San Martín de Aguallo. El tío Eucario también tuvo varias condenas de muerte, fue herido en en frente de Santander y le amputaron un brazo, creo recordar que fue el izquierdo, le veíamos con alguna frecuencia y vivió en Burgos hasta su muerte, su trabajo como mutilado hacia de aparca coches,yo le visitaba bastante cuando estuve trabajando en el año 1966 en la provincia.Estuvo en la cárcel de Pamplona con el tío Ángel después de la guerra hasta el año 1944.
Mi bisabuelo Eugenio Díez Alonso.
Según le contó mi abuelo a mi padre, que desde muy pequeño le contaban toda la historia de la familia, el abuelo Eugenio era un hombre de gran respeto, muy ilustrado para su tiempo como trabajador del ferrocarril y con gran autoridad profesional como interventor del Ferrocarril del Norte,por lo que tenía muchas relaciones con muchísima gente siendo muy apreciadas sus opiniones. Políticamente era socialista y sindicalista de la UGT, por eso en cuanto estalló la sublevación fascista le sorprendió en zona rebelde y le apresaron y según mi abuelo fue en la provincia de Pontevedra, parece que le llevaron a prisión en el mes de Julio-Agosto del 36 y nunca más se supo de él. El abuelo creía,y parece lo más lógico según el proceder de los rebeldes, que todos aquellos líderes ideológicos republicanos fuesen asesinados inmediatamente. Parece que fue así,ya que nunca más hubo noticias de él y no sabemos ni dónde ni cuando sucedió.


Mi abuelo y mi abuela desde la rebelión de 1936
Se casaron por lo civil días antes de partir al frente el abuelo. Pero mi abuelo ya tenía su historia de lucha  y cárcel, durante el bienio de gobiernos de derechas estalló en Octubre de 1934 la revolución de Asturias, mi abuelo participó en las milicias de la UGT. Era trabajador del Ferrocarril del Norte, administrativo del Economato de Mataporquera (una especie de cooperativa de suministros de todo tipo para los trabajadores), era un hombre muy instruido, para aquél tiempo, como su padre, tenía una escritura muy elegante y manejaba “las cuentas y la contabilidad” de maravilla. Después de la Revolución de Asturias estuvo en prisión hasta el triunfo del Frente Popular de Febrero del 36.
En cuanto estalla la guerra vuelve a incorporarse a un batallón de la UGT para la defensa del frente de Santander, que cae en Agosto de 1937, mi abuelo es juzgado y condenado a dos penas de muerte e internado en el Penal de Santoña, posteriormente se le conmutan por cadena perpetua mientras recibe palizas tremendas, de hecho tiene problemas renales y según me cuenta, en una de esas palizas un capitán de la Guardia Civil le salva la vida. Le trasladan a la cárcel de Larrínaga-Bilbao y allí está internado hasta que lo destierran a Vizcaya, teniendo que presentarse todas las semanas en el cuartel de la G.Civil de Sodupe, estando fichado como rojo peligroso sin ningún derecho a nada.

Mientras tanto mi abuela María trató de pasar a Francia a la caída de Santander, embarcó con muchos refugiados en un mercante, atestado de mujeres, ancianos y niños con destino a Burdeos, pero no fue posible, a la altura de San Sebastián el buque de guerra rebelde “Almirante Cervera” les interceptó a cañonazos y les hizo volver al puerto de Gijón, mi bisabuela  Secundina de la que no se separará hasta su muerte en 1955 en Sodupe. Mi abuela es una de las heroínas de la postguerra, se instala en Sodupe, cerca de la prisión de Larrínaga-Bilbao para atender a su marido, un hermano(Ángel) y su cuñado en Pamplona. 

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